Los grancanarios se impusieron en su primera final de Copa de su historia al Espanya HC por 1-2, gracias a los tantos de Alex MacDonald y Andreu Tomàs. El ex del Molina, Eduard Requena, anotó el tanto de los baleares
El Molina afrontaba la primera final de Copa del Rey de su historia en un duelo insular igualado en busca del sucesor en el trono copero del Valladolid y que terminaba con Pawel Zasadny levantando el trofeo de campeones para el club presidido por Alejandro Molina.
Máximo respeto entre ambos rivales en un primer tiempo sin goles
Imagen de RFEP
CH Molina Sport y Espanya HC se veían las caras por segunda vez en la última semana, tras medirse en el partido aplazado de la 9ª jornada de la Liga Élite, en el que los grancanarios sufrieron para doblegar por la mínima a los baleares en el Polideportivo San Román.
La condición de finalísima del partido condicionaba enormemente el desarrollo del choque en el que a pesar de enfrentarse los dos equipos con más pegada de la Liga Élite, las defensas pasaban a dominar el juego en una primera mitad en la que ninguno de los dos rivales arriesgaba en exceso en ataque, para evitar una contra que les obligase a remontar.
Mediado el primer tiempo, ambos equipos se veían obligados a jugar un tres para tres por las exclusiones fruto de la intensidad defensiva, tras un tiempo muerto motivado por los problemas en una de las guardas de Martin Atala, cancerbero del Espanya.
El Molina jugaba con paciencia moviendo el puk a lo largo y ancho de la pista pucelana, mientras el Espanya ejercía una presión alta que limitaba al máximo las ocasiones de gol grancanarias.
Adam Schejbal y Martin Antala mantenían cerradas sus respectivas porterías a cal y canto a pesar de las ocasiones claras de ambos equipos, en un partido limpio y de guante blanco convertido en una partida de ajedrez que llegaba al descanso con el 0-0 inicial en el marcador.
El CH Molina Sport suma su primer título copero de la historia
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El paso por vestuarios llevaba a los dos equipos a adelantar un poco más las líneas sin renunciar a la concentración defensiva para evitar un gol en contra que les pudiese complicar el choque más de la cuenta.
Los baleares efectuaban más disparos que los grancanarios, que compensaban la diferencia con una efectividad mayor que la de su rival, lo que no tardaba en producirse en el primer tanto de la gran final, en un fantástico disparo transversal de Alex MacDonald, tras ser asistido por José María Caraballo, ante el que nada podía hacer el meta balear para impedir que el 0-1 subiese al electrónico del Polideportivo Canterac.
El Espanya apretaba los dientes pero la buena defensa del Molina y Adam Schejbal ejerciendo de ángel de la guarda permitía a los canarios mantener su mínima ventaja en el marcador en el ecuador del asalto definitivo.
La ansiedad de los baleares derivaba en una nueva superioridad para los grancanarios que duplicaban su renta a favor con un nuevo tanto en una asistencia milimétrica de Alex MacDonald que Andreu Tomás se encargaba de empalar el puk al fondo de la red a 7:14 minutos para el final del encuentro (0-2).
El Espanya desesperado aumentaba el ritmo de juego en busca de un gol que les devolviese las opciones de volver a meterse en el partido, logrando abrir la lata grancanaria a poco más de 5 minutos para el final en una gran jugada individual del ex del Molina, Eduard Requena que reducía distancias (1-2).
Los baleares seguían volcados al ataque mientras los hombres de Zack Pettersson intentaban mantener posesiones largas para que el tiempo asfixiase a su rival, pero sin renunciar a dar la puntilla a los baleares con un tercer gol.
Los esfuerzos del Espanya chocaban contra el muro defensivo del Molina que cerraba todas las puertas a cal y canto para certificar su entrada en el Olimpo de la Copa del Rey, con su primer título oficial en sus más de dos décadas de historia.