El extravío de los ‘sticks’ de juego de los pucelanos obligó a retrasar el comienzo del encuentro hasta las 22.15 horas. Los grancanarios fortalecen su liderato con un 7-2 ante el segundo clasificad
El Molina Sport cierra el 2024 con una victoria en el clásico de la Liga Élite ante su eterno rival, el CPLV Caja Rural, quien debido a un inoportuno extravío de sus sticks en el vuelo de llegada a la Isla obligó a retrasar el arranque del último partido del 2024 hasta las 22.15 horas, lo que convirtió el partido en todo un clásico after hour que finalizó con triunfo por 7-2 de los grancanarios.
Mario Diez, quien se perdió el encuentro ante el Guanches por sanción la semana pasada, fue el máximo goleador del partido ante sus ex con cuatro dianas. Kevin Mooney con dos goles y Chuck Baldwin con uno, fueron los goleadores amarillos. Mientras que en el cuadro pucelano Dusan Cantabrana y Maxime Langlois, fueron los goleadores visitantes.
El conjunto presidido por Alejandro Molina da un golpe en la mesa ante el segundo clasificado que llegaba a la Isla con la vitola de ser la mejor defensa de la Liga Élite, habiendo encajado tan solo ocho goles en las ocho jornadas precedentes, uno menos de los que le ha conseguido endosar el equipo de Kevin Mooney en la noche de hoy.
Para complicar su nueva gesta, los vigentes campeones eran sorprendidos tras el pitido inicial en una jugada individual del galo Maxime Langlois que sorprendía a Javi Tordera en la primera ocasión de la que dispusieron en el duelo.
Por si fuera poco castigo, los riesgos asumidos por los grancanarios en la retaguardia permitían a los pucelanos duplicar su renta en el encuentro en un pase medido del propio Langlois que Dusan Cantabrana convertía en el 0-2 que complicaba enormemente el partido para los locales.
Asedio amarillo con final feliz
A pesar de todo, el Molina se mantenía fiel a su idea de partido, con alegrías en ataque ante un Valladolid experto en cerrar la persiana en torno a la portería defendida por el canadiense Jimmy Teed, que se mantenía infranqueable ante las llegadas de los amarillos.
El asedio de los grancanarios surtía efectos a 16 minutos para el descanso en una jugada de Chuck Baldwin que habilitaba a Kevin Mooney que conseguía inaugurar el marcador. Sin casi tiempo para asumir el golpe, el Molina endosaba a los pucelanos el segundo de la noche en el estreno de su noche mágica de Mario Diez que enviaba a las mallas una asistencia del jefe, Kevin Mooney.
La rocosidad defensiva de los vallisoletanos comenzaba a resquebrajarse y al Molina le llegaba el olor a sangre de su rival, que recibía dos zarpazos más, ambos de Mario Diez que hacía buena la ley del ex para dejar herido de muerte a un CPLV que veía como el entrenador-jugador de los isleños, Kevin Mooney les asestaba un nuevo golpe para llegar al descanso con un 5-2 que les ponía cuesta arriba el partido.
El Valladolid intentaba sin éxito meterse en el partido con un nuevo gol, con Javi Tordera imperial, repeliendo las llegadas pucelanas, mientras los grancanarios con la lección bien aprendida y sabedores del poder ofensivo de su rival, defendían con ahínco su diferencia, sin renunciar a ampliar su renta.
Mario Diez a 15 minutos para el final cerraba su noche mágica transformando el 6-2 a pase de Chuck Baldwin, quien sería el encargado de cerrar el marcador a tres minutos del final, tras aprovechar un pase medido de Kevin Mooney (7-2).